jueves, 30 de mayo de 2019


En el Premio Bellas Artes
de Poesía Aguascalientes,
... los participantes concurren bajo seudónimo,
con un libro inédito de poemas,
y que un mismo escritor
no puede ganar más de una vez.
... el jurado está compuesto
por tres poetas reconocidos,
no necesariamente mexicanos
ni anteriores ganadores del premio.
La convocatoria es anual
y suele cerrarse a principios de noviembre.
Por regla general,
el resultado se hace público en febrero
y el premio es entregado en abril,
durante la Feria de San Marcos,
en la ciudad de Aguascalientes.
Convocan al premio:
la Secretaría de Cultura,
el Instituto Nacional de Bellas Artes,
y el Patronato de la Feria de San Marcos,
a través del Instituto Cultural de Aguascalientes.

... premiado... en 1969
... José Emilio Pacheco
con el libro
- "No me preguntes cómo pasa el tiempo"
https://es.wikipedia.org/wiki/Premio_Nacional_de_Poes%C3%ADa_Aguascalientes

José Emilio Pacheco,
Ciudad de México,
30 de junio de 1939 - 26 de enero de 2014
poeta,
crónista,
novelista,
cuentista,
ensayista,
y traductor...
integrante de la generación
de los cincuenta o de medio siglo,
... los temas que aborda en sus textos
van desde la historia y el tiempo cíclico,
los universos de la infancia y de lo fantástico,
hasta la ciudad y la muerte.
... se distingue por un constante cuestionamiento
sobre la vida en el mundo moderno,
sobre la literatura
y su propia producción artística,
así como por el uso
de un lenguaje sin rebuscamientos,
es decir, accesible.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Emilio_Pacheco

#LaCitaExtrañaCon #JoséEmilioPacheco,
#LaFábulaDelTiempo,
Antología poética,
Ed Era. ed. 2a. 2010 México, DF.
861M P62 F32 ejemplar 2 Biblioteca Vasconcelos.

* 59 Escribe lo que quieras
Di lo que se antoje:
de todas formas vas a ser condenado.

* 66 y ningún reino alcanzará la dicha
con base en la miseria de otros pueblos.
Todo es lucro y maldad.
67 rumor de usura y soldadesca.
71 Irás y no volverás
Sitio de aquellos cuentos infantiles,
eres la tierra entera.
A todas partes
vamos a no volver.
Estamos por vez última
en dondequiera.
73 Y cada vez que inicias un poema
convocas a los muertos.
Ellos te miran escribir,
te ayudan.
83 El mundo cayó en manos del demonio
y el gran usurpador al que venera
la ceguedad cristiana
tiene al único Dios en el infierno.
El cura... fue a reunirse
con su Dios - que es amor- en el infierno.
84 Las ruinas no son ruinas,
el deterioro
es solo de la piedra inconsolable.

* 99 ANTIGUOS COMPAÑEROS SE REÚNEN
Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años.
102  Fin de siglo
La sangre derramada clama venganza.
Y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada. ¿Quién soy:
el guarda de mi hermano
o aquel a quien adiestraron
para aceptar la muerte de los demás,
no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura o el genocidio o el matar de hambre?
* No quiero nada para mí, sólo anhelo
lo posible imposible un mundo sin víctimas.
106 ¡Ahora soy Rey.
No se lo deseo a nadie!.
En los ojos de cada uno
de mis compañeros de lucha
observo el odio y el brillo de la daga
que tarde o temprano se clavará en mi espalda.

* A las puertas del Metro
Con el cerebro destruido
por las inhalaciones de "cemento",
se halla a las puertas del Metro,
tirado como lata de cerveza
o envoltura de plástico.
Canturrea algo semejante al rock.
Lleva una camiseta harapienta
con la inscripción "Have a Pepsi",
"yins" a tal punto raídos
que algunos pagarían fortunas
por exhibirse con ellos en sitios elegantes.
Tiene cualquier edad
entre los quince y los cuarenta,
acaso dieciocho.
Las señoras de bolso y los señores de traje,
que casi no se ven en este medio de transporte,
lo miran de reojo y con desprecio.
Antes lo hubieran fulminado con la palabra indio.
Ahora tienen una solución de recambio:
el término naco.
Para ellos la inflexible autoinmolación es un alivio:
un desempleado menos,
un asaltante menos,
un violador menos,
un guerrillero menos en el ejército de la miseria
que crece a cada instante
y nos rodea por todas partes.
Quisieran borrarlo como se barren latas vacías
y envolturas de plástico
deshechos de una sociedad capaz
de producir estas imágenes.
Si lo viera Ernesto Cardenal le diría: Levántate.
En ti se ven los frutos del hambre,
la violencia
y la opresión
que ya han durado cuatro siglos.
Pero también el genio
que construyó las pirámides
e hizo posibles Machu Picchu,
el calendario maya,
la escultura azteca,
los códices nahuas,
la obra de Nezahualcóyotl...
Todo esto se encuentra bajo la voz
que en vano intenta reducir la letra del rock.
108 Seguimos viviendo el tiempo de los asesinos.
109 A la menor oportunidad sacamos las garras:
módicos tigres condenados a dar vueltas
en el mismo foso del zoológico
hasta que se mueran de viejos
o en un instante de sinceridad se entredevoren.

203 Homenaje a la Compañía Teatral Española
de Enrique Rambal, Padre e Hijo
A Pilar Guerrero
La realidad es ficción. Mentimos siempre
para sobrevivir, para evitar la guerra,
obtener la amnistía que nos absuelva del crimen
sin atenuantes ni remedio: estar vivos.
Representamos papeles,
inventamos novelas de un instante,
dramas unitarios, farsas, comedias.
Y somos los bufones a quienes se arrojan monedas,
se deja hablar o se perdona la vida.
Por tanto es necesaria la otra ficción:
para hallar las verdades que no intentamos decir
porque se dicen por sí solas.
La realidad no es la escuela, el deber, el temor,
levantarse a las seis en punto,
adquirir el derecho a entrar,
mediante astucia y sumisión,
en el orbe de los adultos,
perpetuar su consciente irrealidad,
"triunfar en la vida",
llevarse en el camino a los demás,
reunir bastante dinero
para hacerme una tumba
que a otros mate de envidia.
Pero aún falta mucho cuando se tienen once años.
Entonces una noche diferente a otras noches
la realidad es el mar de trapo y cartón
en que navega Edmundo Dantés
para volverse el conde de Montecristo;
el instante
en que a Miguel Strogoff le queman los ojos,
pero al ver a su madre entre la multitud
el Correo del Zar llora
y sus lágrimas fluyen y neutralizan el hierro.
La realidad es sobre todo el arte supremo
del novelista griego
que firmó como "San Juan" su Evangelio.
Cien veces he leído las mismas páginas.
Sé de memoria lo que va a pasar.
Y sin embargo al ver la puesta en escena
me asalta la esperanza de que esta vez
El Redentor no morirá en el Calvario.
La Sangre de mentira es la verdad.
La Corona de Espinas se hunde en mi frente.
Una lanza se clava en mi costado.
Siento en las manos y en los pies los clavos.
En esa noche la realidad es Cristo que muere
y resucita a los tres días.
Y no me importa que al caer el telón
también el joven Rambal
se levante de entre los muertos
y agradezca el aplauso
tomado de la mano con la Virgen María
y el traidor necesario Judas.
Pobre definición "la magia del teatro"
para describir lo que a los ojos del niño
fue el sueño voluntario de la puesta en escena,
el fundir, el representar, el hacer creer,
por la Compañía Teatral Española
de Enrique Rambal, Padre e Hijo,
en el antiguo teatro Arbeu (¿o fue el Iris?)
Ni el Old Vic, el Bolshói, la Comédie Francaise,
ni en el cine ni en ningún lado
encontrará nada igual el niño de entonces.
Ni tampoco en ninguna parte
dejará su veneración por el teatro,
el drama, la comedia, la escena,
la presencia viva de la actriz y el actor
bajo las luces, entre las telas, el plástico,
la madera, el cartón,
brillando como nadie
puede brillar en la opaca vida.
El folletín,
el melodrama,
la novela ilustrada escénica,
como ustedes quieran llamarla,
es más real que la realidad
porque se sabe mentira,
invulnerable a la detracción,
el arrepentimiento,
la crítica.
Nada quedó de la Compañía Teatral Española
de Enrique Rambal, Padre e Hijo.
Quizá tan sólo admiraciones infantiles de ayer,
como esta insignificante memoria imborrable.
Porque sólo una vez se descubre el teatro
cuando se tienen once años.

* 180 El jardín en la isla.
El jardín en la isla:
aquí las rosas,
no florecen: llamean.
Sostienen como nubes entre el verdor
la materia del aire.
¿Qué hemos hecho
para ser dignos de esta gloria?
Mañana
ya no habrá rosas
pero en la memoria
continuará su incendio.
Lluvia de sol
El muchacho desnudo toma el sol,
se vuelve fuego.
Y a mediodía, bajo el rumor de las frondas,
se hace toda de luz la amarga tierra.
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Para Traducción:

110 El lápiz
Madera y grafito se unen en el lápiz
para inmolarse a medida
que producen palabras,
rasgos,
números,
líneas.
El lápiz se gasta como quien lo maneja.
Muere al dar vida a sus trazos
y al segregarlos se prolonga en ellos
(también son efímeros
como el viento en la arena
o la lluvia en el agua).
Por su lengua habla la naturaleza vencida.
Árbol que acaba de talar,
las mondaduras huelen a bosque.
Para ser lápiz, a fuerza de ser lápiz,
se despoja de las materias
que sostienen su condición de lápiz.
Incluye en latencia
todas las posibilidades expresivas
de la mente y la mano.
Pero, inseguro,
lleva su antítesis en el otro extremo:
la goma.
Lo que escribimos resulta provisional
como lo que hace el lápiz.
El signo de las cosas es gastarse.
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